Casa Bermeja cuenta con un jardín lleno de cipreses, limoneros, naranjos, laureles, rosales, lirios, jazmín..., y una piscina de 8 x 5 metros rodeada de césped.
En torno al patio, como si se tratara de un claustro monástico, se distribuyen las habitaciones, tres en la planta principal y cuatro en la primera, todas diferentes, en las que se combinan lo tradicional con lo moderno, utilizando muebles restaurados y diseños originales.
En la planta inferior se encuentra el restaurante, una estancia diáfana y muy luminosa, gracias a sus amplios ventanales, que recrea un ambiente coqueto y acogedor. Ofrece una carta variada que recupera platos de la gastronomía castellano-manchega, pero también de otras cocinas como la andaluza, la vasca, etc.