La Esfinge de Haches tiene sus orígenes en las tierras de Bogarra y, dentro de ellas, en los parajes cercanos a la fortaleza y poblado de Haches.
Su cabeza, girada hacia la derecha, rompe la línea de perfil que parece llevar todo el cuerpo, aunque tal ruptura no es simplemente de simetría, sino también de significación. Esto se debe a que mientras el cuerpo corresponde a un animal cuadrúpedo en posición de reposo, la cabeza es de mujer.
También es destacable el hecho de que sea una figura alada, con lo que se conjuntan en ella rasgos de, al menos, tres tipos diferentes de seres. La mezcolanza de características responde a su carácter de ser mitológico, al que algunos autores revisten de una supuesta función funeraria.
Además, en su enigmática sonrisa -que ha llevado a algunos a definirla como la "Gioconda ibérica"- se ven vestigios de posibles entronques culturales entre los antiguos pobladores de este territorio y los pueblos del Mediterráneo oriental. Esta afirmación se basa en el hecho de que su estética responde, en gran medida, a la del tipo griego arcaico.
Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Provincial de Albacete.