Este pequeño y acogedor alojamiento rural, fue en otro tiempo, como su nombre nos indica, el lugar destinado a guardar el grano. Es la típica construcción serrana, en la que la piedra, madera y barro en forma de adobe y tapial se han ido combinando a lo largo de los siglos. En su restauración, siguiendo las técnicas de construcción de la zona, se han procurado mantener todos los elementos y las estructuras originales, quedando en perfecta armonía con el entorno.
Cuenta 4 habitaciones con una decoración mimada (Romero, Cantueso, Mejorana y Espliego), cada una de ellas crea una atmósfera especialmente armoniosa. La inferior encontramos un salón en el que podremos deleitarnos con largas tertulias cerca de la chimenea.
Cuenta con cuadras para caballos, servicio de desayuno y sistema wifi, un concepto de alojamiento donde conviven el diseño, el confort y la tranquilidad.
