La Torre del Cura, en Alcaudete de la Jara, es una antigua residencia medieval, con su torre defensiva y de vigilancia, dependencias agrícolas y habitaciones para criados. Pregunta en la iglesia para visitarla.
A las doce se celebra la misa en honor de la Virgen de la Inmaculada Concepción, seguida de procesión.
Sorprendente es ver cómo los vecinos bailan en honor a su patrona la llamada jota jareña, y especialmente vistosos los trajes de jareña.
Si algo merece la pena degustar, especialmente en diciembre, es este guiso de caza servido sobre pan sin levadura, la torta cenceña. No hay que olvidar cerrar la comida con unos dulces, pues la miel de la Jara, que interviene en su elaboración, también es única.
Cerca de Azután, con su cámara y corredor, la impresionante construcción neolítica en granito nos hace preguntarnos cómo los prehistóricos fueron capaces de tallar y mover aquellas inmensas piedras. Una excepcional despedida de La Jara.