Desde hace más de 400 años, desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, el orden y el silencio acompañan a los majestuosos desfiles procesionales que toman las calles de la villa de Ocaña, formados por diez Hermandades y Cofradías, algunas de las cuales datan de los siglos XVI, XVII y XVIII, con un total de 2.000 cofrades.
El Domingo de Ramos, Día Oficial de la Junta de Cofradías, se realiza una procesión potestativa en la que, desde hace muchos años, la Comunidad Gitana porta a hombros el paso. A ella asisten el Ayuntamiento en pleno, las distintas Cofradías ocañenses, así como los diez Presidentes de las Hermandades Pasionales de esta población portando palmas y ramos de olivo, símbolo de vida y del triunfo de Cristo.
En las procesiones de Jueves y Viernes Santo desfilan multitud de encapuchados que, en algunas ocasiones caminan descalzos, arrastrando pesadas cadenas o cruces como cumplimiento de promesas. Destacable es la escenificación de tres las caídas de Jesús, la Verónica que le limpia el rostro quedando impreso en el paño y la Virgen de la Soledad llora llevándose un pañuelo a los ojos.
En la procesión de Viernes Santo, las imágenes están provistas de movimiento y son acompañadas por la Hermandad de Los Armados, llamada así por portar en este desfile procesional medias armaduras de los siglos XVI y XVII, una de ellas perteneciente a don Alonso de Ercilla.
