Como notas mas significativas, que le dan a la Semana Santa Bonillera ese carácter de singularidad hay que destacar la participación vecinal, su antigüedad, tradición, sobriedad, la riqueza artística de sus pasos, algunos portados al hombro por sus cofrades, sus bandas de tambores y cornetas, entre las que figuran algunas de las formaciones musicales más antiguas de Castilla-La Mancha.
Las primeras manifestaciones procesionales que identifican a El Bonillo surgen a finales del siglo XV, con una dimensión natural que llevará a su proliferación en los albores del XVI.
Si hay que destacar alguna particularidad, de las muchas encontradas, en las tallas que procesionan resaltaríamos la imagen de Jesús de Medinaceli, que constituye un hito dentro de la pasión y la calidad propia de las tallas semana santeras. Mención merece también la talla de Jesús Nazareno fechada en 1782 y realizada por las excelentes manos de Juan Antonio de Rivas, la Soledad de Vicente Tena, así como la talla del Santo Sepulcro y una imagen de la Dolorosa que conserva el rostro y la mano tallados por Salcillo.
Los emblemas que acompañan a cada cofradía, distinción que les da nombre, son también elementos para el deleite. Los bordados y la simbología que destacan es una de las razones que dota al ambiente pasional de verdadero arte.
Ocho procesiones van jalonando los espacios de culto que El Bonillo plantea en su Semana Santa, en donde surge espontáneos cantos de saetas, y en la noche del viernes aparecen "las monolas" las cuales se encargan de mantener la tradición de la mantilla y la peineta.
La música hilada por las bandas de música que acompañan los pasos, descubren al visitante el compromiso del tambor y la corneta con la devoción, y que cuentan como antecedente más antiguo con el de los ministriles del siglo XVI.
Para dar entidad a estas interpretaciones musicales, el municipio cuenta con un Certamen de Bandas que propone a quién asiste un declarado interés por su Semana Santa, pero también un signo inequívoco de tradición e historia. Junto a dicho Certamen de Bandas, el municipio y la Junta de Cofradías organizan un concurso de dulces de Semana Santa, recogiendo de este modo la tradición gastronómica que evoca que durante la Semana Santa se permitía una cierta laxitud en los dulces y la repostería para aliviar los rigores nutritivos de la época.
De las siete cofradias participantes la denominada "las nazarenas" esta compuesta solo por mujeres. La cofradia de los "armaos" que data del siglo XVI, tiene un claro toque renacentista en su vestimenta.
